Tesoros Temuquenses
José Troncoso: Las talentosas y creativas manos que han modelado el arte escultórico en La Araucanía
Apasionado, conversador, creativo y asiduo lector, siempre disponible para hablar sobre arte y cautivar con los detalles y anécdotas de la realización de cada una de sus obras. Así es José Troncoso Cuevas, escultor y profesor licenciado en artes plásticas con posgrado en diseño, escultura y fundición, que ha desarrollado importantes obras monumentales en La Araucanía, siendo las más representativas el Monumento a La Araucanía, Caupolicán, Toqui Lautaro y Toqui Galvarino, entre otras.
Dedicó gran parte de su vida a la enseñanza, en educación básica, media y universitaria, realizando clases a las carreras de las Facultades de Arquitectura, Diseño y Educación Parvularia de la Universidad Temuco y también en la Universidad Autónoma, además de diferentes colegios como La Salle, Liceo Comercial y Liceo de Hombres.
Hoy, con 80 años de edad, José Troncoso se encuentra alejado de lo que fuera su pasión durante tanto tiempo, la escultura, acercándose en este último período a la pintura, disciplina que también le ha entregado grandes satisfacciones. El año 2018 obtuvo el primer lugar en el concurso municipal de pintura regional “Araucanía de cordillera a mar” y el 2019 una mención honrosa en el mismo certamen; luego, el 2021, fue jurado de esta iniciativa que cada año convoca a artistas de toda la región.
Nació en Cunco, es casado, tiene dos hijos y nos comenta que se trasladó a la capital regional para cursar la enseñanza media. “Yo llegué a Temuco porque vine a hacer tercero y cuarto medio al Liceo de Hombres. Después cuando terminé la enseñanza media postulé a la Universidad de Chile para estudiar pedagogía básica con especialidad en artes plásticas, pero todavía no abrían esa especialidad, así que entré a biología y después de un año me cambié a artes plásticas”.
Relata que desde muy pequeño tuvo habilidades para el arte, participando desde los 10 o 12 años en concursos de dibujo y pintura donde siempre obtenía algún reconocimiento y es que al parecer el arte en esta familia se lleva en la sangre, ya que la madre de don José tenía también muchas habilidades manuales, motivándolo junto a su padre desde pequeño a ser perseverante.
Le consultamos sobre cómo se inclinó por la escultura y relata que “siempre me interesó mucho la escultura, porque en Santiago, por ejemplo, el escultor Matías Vial tenía un taller muy bien implementado, entonces nos llevaba para conocer los hornos y las técnicas que él elaborada, ya sea en cerámica o piedra. Después, en Concepción, trabajé con Enrique Ordoñez en cerámica y tallado en piedra, entonces ellos como profesores me inspiraron para desarrollarme como escultor y especializarme en esa área”.
José Troncoso posee una notable trayectoria regional en el arte escultórico, destaca su participación en el Monumento a La Araucanía de la Plaza Aníbal Pinto, donde fue el creador del “Soldado de la Pacificación de La Araucanía” y ejecutor de la fundición en bronce de todas las esculturas, accesorios y anclaje de las piezas que componen la obra, junto a su hijo escultor, Edmundo Troncoso Retamal.
En primera instancia, José nos cuenta que el monumento quiso instalarse sobre la Galería de Arte de la Plaza Aníbal Pinto, pero finalmente se desechó esa idea, ya que cada figura pesa entre 800 y 1.200 kilos y no se tenía certeza sobre la resistencia de la estructura de dicho espacio.
“El plazo que teníamos para terminar la obra era de un año, yo tuve que investigar mucho sobre la pacificación de La Araucanía, fui a Santiago al Museo de Historia Natural y al Museo Araucano de Temuco para ver cuáles eran las características de los soldados, incluso acá en Temuco me contacté con los familiares de un soldado que participó en la Guerra del Pacífico, ya que ellos tenían su uniforme, casco y eso me sirvió poder desarrollar el personaje”, destacó Troncoso.
“La fundición, como nosotros teníamos un compromiso con la municipalidad para terminar el monumento, decidimos hacerla en mi casa y ahí yo armé el taller, ya que de hacerlo en Santiago o en el extranjero hubiésemos demorado mucho tiempo, años incluso. Como yo había estudiado escultura y fundición, busqué todos los materiales, conseguí la tierra de cuarzo para los moldes, compré el crisol…así, nos demoramos como dos a tres meses por cada escultura. Fue un trabajo bastante complicado, pero fue muy lindo”, recuerda Troncoso de esta importante obra realizada hace ya más de 30 años.
Este monumento se ha transformado sin duda en un ícono para la ciudad de Temuco, al cual se suma el monumento a Caupolicán, ubicado en la avenida que lleva su nombre con calle Montt. Esta obra fue desarrollada en su totalidad por José Troncoso, quien comenta que “estuve cerca de dos años realizando esta escultura en honor al héroe mapuche y que fue posible gracias a un proyecto FONDART en la especialidad escultura, inaugurándolo el año 2000”, recuerda el escultor que se ha caracterizado por retratar a importantes personajes del pueblo mapuche.
En Lautaro y Galvarino este talentoso escultor también realizó monumentos a los toquis, así como también desarrolló diversos bustos como por ejemplo al padre Leo Vigilio en Cunco, a Luis Picasso en Temuco, a Gabriela Mistral en Lautaro, al obispo Francisco Valdés en Pucón y una colección de esculturas inspiradas en “20 poemas de amor y una canción desesperada” de Pablo Neruda.
Como actividades de extensión artística destaca su labor en la creación de la Pinacoteca regional de la Universidad Católica de Temuco el año 1983 y en la creación del primer Salón Nacional de Arte mención pintura el año 1984 en la misma casa de estudios, aportando así al temprano desarrollo del arte en la joven ciudad de Temuco. A esto, se suman las diversas exposiciones de esculturas que realizó en galerías entre los años 1975 y 2004.
Como artista, Troncoso destaca que sus esculturas siempre han sido muy bien recibidas por la ciudadanía, siendo su trabajo muy valorado y bien acogido. “En general, siempre he tenido mucho apoyo, he recibido cartas del extranjero felicitándonos por las obras y, por supuesto, el apoyo de mi familia también ha sido muy importante, el de mi esposa, sobre todo, porque este trabajo es también un poco solitario, entonces hay que tener paciencia porque la inspiración llega en cualquier momento”.
Hoy, José Troncoso está recuperándose de una operación a la columna, por lo que tiene en pausa su etapa artística, pero su mente creativa no deja de soñar en pinturas y en una futura exposición que le gustaría concretar el próximo año con las obras que ha desarrollado durante este último tiempo, para así continuar enriqueciendo el arte de la capital regional.
El Monumento a La Araucanía es una obra escultórica de bronce y está ubicada en la plaza Aníbal Pinto de Temuco. En ella, se aprecian cinco personajes de la historia de La Araucanía: una machi, un soldado de la Pacificación, un colono europeo, el poeta español Alonso de Ercilla y el toqui Kallfulikan (Caupolicán). Fue realizada por los escultores chilenos Guillermo Meriño Pedrero y José Troncoso Cuevas en 1989 junto a un equipo de trabajo.